«Se trata de una hierba muy versátil que ayuda a la buena disgestión, es antiinflamatorio y analgésica, aliada de las mamás»
A veces los médicos nos olvidamos de decir lo esencial. Hablamos de la importancia de alimentar a nuestros hijos con leche materna y bla,bla,bla… pero, ¿cómo hacemos para que tengan éxito las mamás en este que hacer? En días pasados acompañé a una amiga, médica, a visitar unos padres primerizos. Ambos con ojeras del trasnocho y el estrés de no saber lo básico. La mamá me pregunta, angustiada: ¿Cómo sé que el bebe quedó satisfecho? Yo siento que no me sale nada. Se queda dormido muy rápido. Lloro, porque lo estoy dejando morir de hambre. ¡Oh por Dios! Para mi sorpresa, no ha cambiado nada. Hace 27 años yo estaba igual y no con un bebé, con dos.
Y así husmeando de nuevo en esa maravillosa herencia ancestral, percibo ese aroma a menta, dulce y fresco del Hinojo. Una planta muy versátil. Venerada por los griegos por su valor nutricional y medicinal. Además fue llamada también “maratón” porque crecía en los campos de batallas. Los romanos lo utilizaron como augurio de buena suerte para los recién casados. Su bulbo y el tallo añaden un toque muy refrescante a las carnes y vegetales de la comida mediterránea. Sus hojas parecen plumas muy suaves y volátiles como las del avestruz.
El hinojo es una planta medicinal que estimula las glándulas lácteas y digestivas. Por lo tanto estimula la producción de leche materna. Se encuentran estudios sobre el hinojo que demuestran su riqueza en fitonutrientes y flavonoides que le dan una fuerte actividad antioxidante., antiinflamatorio y analgésico. Es una muy buena fuente de vitamina C y silicio, sustancias que le reafirman su potencial antioxidante.
Receta
Precauciones
No se debe usar en menores de 5 años y tener precaución en algunos pacientes alérgicos.